Nos
hacen creer que cuando pase la oleada del virus todo volverá a ser
como antes. Olvídalo, ese mundo quedó ya destruído. Es imposible
que la economía se recupere del golpe al que la han sometido.
Todo
apunta a una recesión inmediata de la economía mundial, mucho más
brutal que la del 2008. No hay sector productivo que haya quedado
ileso. Con el agravante de que los bancos centrales ya tenían toda
la pólvora gastada para sostener un capitalismo tambaleante.
A
ello tenemos que sumar la prevalencia del virus durante meses. Aunque
esté controlado el estallido inicial, seguirán siendo necesarias
medidas de precaución que frenarán el libre desarrollo de los
negocios.
La
inversión en fuentes de energía se ha parado en seco: con la caída
del precio del petróleo muchas empresas dedicadas a la extracción
no convencional (fracking) están en quiebra técnica, y se ha
suspendido la búsqueda de nuevos yacimientos. Es utópico pensar que
la transición a fuentes renovables pueda producirse en medio de este
caos, por lo que devolver la producción al nivel pre-Wuhan llevará
años.
Se
acabó por tanto ese mundo de despilfarro en países occidentales. Se
acabó el turismo de masas. Se acabó el excedente en la producción
de alimentos. Se acabó la preponderancia de la clase media en el
primer mundo. Vamos a una economía de subsistencia.
En
cuanto a los países en desarrollo, sufrirán igualmente un deterioro
de sus capacidades productivas. En ellos será todavía más
dramático pues su población ya vive mayoritariamente en la pobreza.
Esto significa más hambre, enfermedades y la espiral de conflictos
que conlleva.
Paralizar
la economía mundial como se ha hecho (en vez de buscar alternativas
que permitieran mantener el ritmo como tests masivos a la población
para separar a los infectados, poner todas las fábricas al servicio
de la sanidad, aislar sólamente a las personas vulnerables...) nos
ha metido en una recesión (o depresíón) de enormes proporciones
que costará muchas más vidas que la misma pandemia.
Esto
no es catastrofismo: es la dura realidad. Basta leer el mensaje que
dan los mercados bursátiles mundiales y atender a los informes de
los economistas.
Algunos
muestran su alegría porque este parón da 'un respiro' al planeta,
necesario para frenar el cambio climático. Pero cuando la necesidad
de desarrollo apriete, cada país tirará por su lado dejando a un
lado los objetivos de emisiones y sacando recursos de donde sea:
quemando más carbón, explotación salvaje de reservas naturales,
olvidando la costosa gestión de resíduos... etc.
Pero...
¡el gobierno está tomando medidas para protegernos! Dirás. El
gobierno está formado por políticos, los mismos ineptos que no
supieron preveer esta catástrofe. No me importa del partido que
sean, cualquiera que haya gobernado los últimos 10 años debía
conocer los informes de especialistas avisando que una pandemia 'tipo
gripe' llegaría tarde o temprano. Y si nos pilla sin camas ni
respiradores ni personal para controlarlo, ellos son culpables de
homicidio imprudente. Esos políticos, esa panda que sólo piensan en
ellos y en los suyos, lo que va a hacer es aprovechar para aumentar
su poder.
La
forma de protegernos va a ser darnos 'ayudas', 'garantizar los
suministros', 'vigilar el cumplimiento de los mínimos'. Quizá eso
te suene. En una economía de producción decreciente, cuando un
gobierno de corruptos se hace cargo significa repartir la pobreza y
destruir las empresas. Encima tenemos dando ejemplo a los chinos, que
con su 'modelo' se jactan de haberlo hecho mejor que las democracias.
Y su modelo consiste en control total, nacionalismo a ultranza y
aplastar a los disidentes.
Vamos
a un modelo de estado autoritario. Donde no tendremos ni siquiera
libertad para circular libremente. Donde se vigilará cada uno de
nuestros actos. Con barra libre para todos los excesos por parte de
las fueras de seguridad. Vamos hacia una dictadura paternalista (o
democracia vigilada) que dará subsidios a los 'buenos ciudadanos'
que se plieguen a sus órdenes. Y ese modelo es el que desencadena
las peores guerras y perpetúa las injusticias.
¿Es
inevitable? No, si anteponemos de una vez nuestra libertad a la falsa
seguridad que nos venden. Cuidate del virus de la ciega obediencia.
Despierta
y Lucha
#YoQuieroSalir
ÍNDICE SIGUIENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario